Soy ya el último dolor del día,
o quizá aquél que la imprevisible noche
guardaba silenciosamente en sus bolsillos.
Sé que vengo a deshora, cuando terminó
la sangre o la risa, en el día después,
mas también que no de otro modo debía yo venir,
inútil mensajero sin noticia, caída sombra
que extenuara al tiempo
cuando de toda palabra o sueño no quedara sino un olvido de ojos
bajo la ciega tierra.

(C) Santiago Montobbio
Absurdos principios verdaderos
Voz: María García Esperón
Música: Yiruma
MMXI

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